Odio tu sangre viva de ansia, odio;
detesto tu mueca llena de avidez, odio;
que despierta a mi orgullo taciturno,
que sonríe, al duro descaro de tu conciencia.
Odio externos ojos que marean, odio;
detesto a estos canallas que ganaron,
-mi odio- simplemente por ser mejores.
¿o ganaron por empezar antes?
Odio tanto que no los odio,
detesto, porque yo haría lo mismo;
odio tanto que no me odies,
de acuerdo, esto está bien.
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