martes, 2 de septiembre de 2014

trip 00

Hacia el límite del caos, alejado del Cielo y del Infierno, los terrenos son áridos por el viento que cruje tempestades. Mi escudo de cuero forrado estaba decido a visitarlo a él, al dueño que crea el incosciente con su dedo meñique.
Es revelador ver su escenario de capas indivisas, en la profundidad de ese desierto plagado de la nada. La cabeza en alto, cubierto mi rostro con un malgastado yelmo para prever la lluvia de flechas, avancé.

Poem 0254B

Puedo ver el final del sendero
que está a medio construir
Puedo ver la luz del farol
que se acaba de apagar
Pero nunca podré ver
la sonrisa en tu corazón